El futuro, aunque digitalizado, será más humano

En momentos de incertidumbre es donde más crecemos; son los momentos de pausa y de supuesta ‘aburrición’ lo que nos ayuda a descansar el cerebro, desconectarnos de las ajetreadas agendas, y reorganizar nuestras ideas para que surgen conceptos nuevos. Desde ya estamos replanteando la forma como manejamos la comunicación, tanto personal como empresarial, asegurando que se haga de una forma ética en la que lo humano tome prioridad sobre lo comercial.

En estos momentos vemos que el mensaje es uno esperanzador—’estamos todos juntos’, ‘unidos saldremos de esta’, ‘pronto todo volverá a la normalidad’—pero la realidad es que se viene una crisis en la comunicación empresarial al tener que lidiar con despidos, cierres, y una reducción en ventas. Desde ya los departamentos de comunicación y relaciones públicas deben estar preparados para poder enfrentar y contener todas las situaciones venideras.

Existe una delicada línea entre el oportunismo y la verdadera conexión emocional; hay que tener en cuenta que no estamos hablando de una campaña en particular, sino de la necesidad de repensar las acciones de Responsabilidad Social Empresarial. Esto con el fin de generar una comunicación efectiva, por medio de contenidos y relacionamiento con las audiencias (sin caer en el sentimentalismo) que puedan permanecer a lo largo del tiempo, además de alimentarlas y aprovecharlas para generar un mejor engagement.

La experiencia de marca debe traducirse al nuevo estilo de vida que las personas están adoptando, con experiencias digitales desde los canales de las marcas, pero sobre todo desde canales de comunicación de terceros que puedan darle validez, sustento y sobre todo, amplificación a este nuevo ethos. Una vez la plataforma sea definida, la comunicación debe distanciarse del llamado a la compra o el consumo, sino centrándose en la empatía y conexión con la audiencia. Debemos preguntarle: ¿Cómo te sientes? En vez de ¿Qué necesitas?

Es importante crear un posicionamiento y generar reputación y solidez como una marca compasiva, interesada en el cliente y no en el bolsillo del mismo; esto ayudará a la marca a ganar la confianza suficiente para hacer volver a sus audiencias a sus puntos de venta en el momento indicado.

Por otro lado, llegar a nuevas audiencias será un reto a vencer y las relaciones públicas además de los influencers serán la clave para lograrlo. Colocar contenidos que sintonicen con la nueva realidad va a ser fundamental; las marcas no pueden quedarse en el pasado, deben abrir sus posibilidades para crear más mercado o consolidarlo explorando nuevas temáticas y diferentes formatos editoriales, incluyendo alianzas con influencers que representan estos nuevos valores (ambientalismo, sostenibilidad, espiritualidad, creatividad, entre otros).

Para lograr dicho objetivo, los presupuestos de mercadeo y publicidad deberán integrarse, recogiendo el dinero de diferentes activaciones y estrategias para consolidar la nueva serie de acciones que determine el nuevo objetivo de la marca o la empresa. En términos prácticos, hay dar un paso atrás, volver al tablero para definir la personalidad post-Covid 19 de la marca, y seguir adelante.