La responsabilidad empresarial es de todos

Esta pandemia nos pegó de repente, sin darnos mucho tiempo para reaccionar; un gran frenazo que nos llevó a dejar todo y acuartelarse en nuestros lugares más privados. El mundo entero se vio forzado a parar también. Pero los problemas sociales siguieron. Que estemos en nuestros hogares no quiere decir que debamos olvidarnos de los desafíos a los que se enfrentan a diario millones de personas, incluyendo las mujeres que son víctimas de abusos físicos y emocionales.

El mundo sufre de un flagelo que retumba entre las paredes de varias casas donde el machismo reina, muchas veces resultando en abusos físicos y, desgraciadamente, en feminicidio. Este es el resultado de unas dinámicas patriarcales en donde las mujeres se sienten indefensas, muchas veces cohibidas a denunciar su situación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la violencia contra las mujeres como un problema de salud pública, además de una violación de los derechos humanos que afecta al 35 por ciento de las mujeres a nivel global. Usualmente, la fuente de dichos abusos vienen directamente de sus compañeros sentimentales (globalmente, el 38% de los femicidios son llevados a cabo por parejas estables masculinas).

En nuestro continente, la diferencia de género es abrumante, tres datos lo dejan claro: 1) las mujeres que trabajan ganan aproximadamente 17% menos que los hombres desempeñando labores similares y 2) el 44% de las mujeres en México han sido abusadas mental, emocional, o físicamente por sus compañeros sentimentales 3) desafortunadamente, 12 mujeres son asesinadas a diario por sus parejas .

Estos casos son preocupantes y no podemos permitirnos que sigan siendo normalizados; un feminicidio no es un crimen pasional, un acercamiento no bienvenido es acoso. Es importante cambiar el discurso de nuestra sociedad y resaltar cuando los límites se cruzan.

Pero el panorama parece estar cambiando. Al menos eso podemos deducir al ver movimientos feministas como el Comando Colibrí, un grupo de mujeres de Ciudad de México que se unió para contrarrestar los ataques de género por medio del manejo de situaciones extremas y denuncias oportunas que protejan a sus símiles.

Otros grupos como las Viejas Verdes de Colombia, usan las redes sociales y los medios de comunicación para compartir información e invitar a tomar acciones concretas, como luchar por la legalización del aborto en el país. A finales del año pasado el performance de ‘Un violador en tu camino’, una canción del colectivo feminista Lastesis de Chile, retumbó por diversas ciudades del mundo, clamando por la protección de las mujeres

En estos momentos, quienes gozamos de un ambiente seguro y amigable en nuestras casas no podemos dejar pasar el hecho que varias mujeres están pasando por situaciones amenazantes. Sus luchas no paran, y tampoco debería frenar nuestro apoyo incondicional hacia ellas.